viernes, 11 de septiembre de 2015

MARRUECOS, UN PAIS CON ENCANTO.

El pasado mes de julio decidí emprender una aventura nueva: visitar Rabat.

Un país nuevo, una ciudad nueva, una cultura diferente…pero un objetivo universal; hacer felices a los niños y niñas.
Durante mi estancia en Rabat pude desempeñar mis conocimientos como maestro en un país muy diferente al nuestro, España, donde en un principio se valoran unas cosas por encima de otras.

El colegio estaba situado en un barrio de Rabat, un colegio pequeño pero muy acogedor en todos los sentidos.

La sonrisa de los chicos y chicas del colegio de Rabat fue constante: desprendían día a día las ganas por aprender, por relacionarse conmigo y sólo con eso, me servía para acudir día a día al colegio con mis alumnos marroquíes.

Durante 14 días pude disfrutar, aprender, y no sólo como maestro, sino como persona, con la gente que he conocido en este viaje.

Es verdad que la cultura marroquí es totalmente diferente a la española pero todos y cada uno de nosotros somos personas, habitantes del Mundo y este hecho hace que seamos capaces de aprender los unos de los otros.
Sin darme cuenta, los 14 días pasaron rápidamente y tuve que despedirme con mucha tristeza de todos estos chicos y chicas con las que conviví durante casi medio mes: la aceptación por ellos y por los trabajadores del colegio fue inmejorable.
No fue un adios, fue un hasta luego; ese fue el mensaje que les dí a mis chicos y chicas marroquíes y con eso nos quedamos ambas partes.

El verano que viene volveré para disfrutar con ellos de la misma manera de la que lo he hecho esta vez.




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