jueves, 29 de marzo de 2012

La verdadera historia del primer "Earth Day"


Para poder contar la historia de lo que fue el camino que llevó al primer Earth Day, creo que no hay forma mejor de hacerlo que a través de las palabras del fundador mismo del evento, el que entonces era un Senador de Estados Unidos, Gaylord Nelson.

“Realmente, la idea del Earth Day evolucionó a lo largo de un período de 7 años a partir de 1962. Durante varios años, me había estado molestando que el estado de nuestro medio ambiente fuera un problema que no existía en la políticas de nuestro País. Finalmente, en noviembre de 1962, se me ocurrió una idea que era, yo creo, un cinch virtual para introducir el medio ambiente en el “limelight” político una vez por todas. La idea consistía en convencer al Presidente Kennedy para dar visibilidad a esta cuestión a través de un “national conservation tour”. Fui a Washington para debatir la propuesta con Attorney General Robert Kennedy, al cual gustó la idea. El presidente empezó sus 5 días de “tour” en 11 estados conservadores en septiembre de 1963. Por muchas razones el “tour” no tuvo éxito en poner la cuestión en la agenda política nacional. De todas formas, este ha sido el germen de la idea que al final floreció en el Earth Day.

Seguí hablando sobre la cuestión medioambiental en varias audiencias en más o menos 25 estados. En todo el País, la evidencia de la degradación medioambiental estaba apareciendo en todas partes, y todo el mundo lo notaba ecepto la clase política. La cuestión medioambiental simplemente no se encontraba en la agenda política nacional. Las personas se preocupaban, pero los políticos no.

Después del “tour” del Presidente Kennedy, yo todavía confiaba en algunas ideas que empujarían el medioambiente en la corriente política. Seis años pasarían antes de que la idea, que se convirtió en el Earth Day, se me ocurriera mientras estaba en un “conservation speaking tour” hacia oeste en el verano de 1969. Entonces, las manifestaciones en contra de la guerra en Vietnam, llamadas “teach-ins”, se habían extendido en las universidades en todo el País. De repente, se me ocurrió la idea, ¿por qué no organizar una enorme protesta sobre lo que estaba sucediendo a nuestro medioambiente?

Yo estaba convencido de que si pudiéramos aprovechar las preocupaciones ambientales de la población en general y de infundir las energías de los estudiantes en la causa ambiental, podríamos generar una demostración que empujaría la cuestión ambiental en la agenda política. Fue una apuesta grande, pero valía la pena intentarlo.

En una conferencia en Seattle en septiembre de 1969, anuncié que en la primavera de 1970 se habría tenido una manifestación popular a escala nacional en nombre del medio ambiente e invité todo el mundo a participar. Las agencias de prensa publicaron la noticia de costa a costa. La respuesta fue electrizante. Telegramas, cartas y consultas telefónicas llegaron de todas partes del País. La población estadounidense finalmente tuvo un foro para expresar su preocupación por lo que estaba pasando con la tierra, ríos, lagos y aire- y lo hicieron con exuberancia espectacular. Para los próximos cuatro meses, dos miembros de mi personal del Senado, Lidia Billings y John Heritage, manejaron el asunto del Earth Day fuera de mi despacho en el Senado.

Cinco meses antes del Earth Day, domingo 30 de noviembre de 1969, el New York Times publicó un extenso artículo de Gladwin Hill en el que se subrayaba la sorprendente proliferación de acontecimientos medioambientales: "La creciente preocupación por la crisis medioambiental está arrasando los campus de la nación con una intensidad que puede ser que vaya a eclipsar el descontento de los estudiantes sobre la guerra en Vietnam… una día nacional de observancia de los problemas medioambientales… se está preparando para la próxima primavera… cuando esta previsto un “teach-in” a nivel nacional coordinado desde la oficina del senador Gaylord Nelson”.

Era evidente que nos dirigíamos a un éxito espectacular en el Día de la Tierra. También era evidente que las “grassroots activities” habían ido más allá de las capacidades del personal de mi oficina del Senado EE.UU. para seguir el ritmo de las llamadas telefónicas, documentos de trabajo, consultas, etc. A mediados de enero, tres meses antes del Earth Day, Jhon Gander, fundador de “Common Cause”, proporcionó espacio provisional para la sede de Washington D.C.. Rellené la oficina de estudiantes universitarios y seleccioné a Denis Hayes como coordinador de las actividades.

El Earth Day funcionó gracias a la respuesta espontánea a nivel popular. No teníamos ni el tiempo ni los recursos para juntar y organizar 20 millones de manifestantes y las miles escuelas y comunidades locales que participaron. Esa fue la cosa extraordinaria que caracterizó el Earth Day. Se organizò solo.

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