EVS: Una experiencia Mística
Son las 6 de la mañana, el amanecer está en su mayor esplendor, en las calles se oye con gratitud los rezos a Shiva, Dios de dioses. Mientras tanto, en mi hogar, al norte de Bangalore, me despertaban ofreciéndome una cálida taza de Chai. Y así, durante 9 meses, donde al contrario que en el embarazo, he sido totalmente consciente de mi aprendizaje, aprendiendo a desaprender, aprendiendo a aprender.
Dejarse evaporar toda tu mente, para abrirte a nuevos horizontes, en este caso, como si de un embarazo se tratase, nueva familia, nuevo contexto, nueva cultura.
Y ahora después, de nueve meses, escribo para recordar lo intenso que fue todo lo vivido. Durante este tiempo estuve trabajando en APD, una asociación que se dedica a la normalización y empoderamiento de personas con diversidad funcional. Allí, estuve participando y colaborando en diversos departamentos, llevando actividades tales como: dando clases de informática, ingles, cuenta cuentos, pintura o juegos colectivos en los cursos técnicos de metal y electrónica, también estuve realizando clases de guitarra, o actividades de campamento ( manualidades, juegos organizados) en el colegio, también participe en el departamento de fisioterapia y en el de intervención temprana con familias y bebes, estos últimos espacios fueron para mí los más productivos a nivel de aprendizaje, donde no solo aprendí a dar masajes sino que aprendí la importancia de que sea la propia persona en esforzarse en mover su cuerpo, y no acostumbrarse a la silla de ruedas, las muletas... al igual de la importancia que la familia tenga un primer espacio desde el principio para entender las diferencias que puede tener su bebe y tenerlas en cuenta para su normalización en la sociedad actual.
APD, fue por tanto, un gran espacio de reflexión, sobre las personas con diversidad funcional, desde el principio, es decir, porque una persona puede llegar a nacer con algún tipo de diversidad funcional, hasta el final, como esa persona se integra en la sociedad y supera todos sus límites, llegando en la mayoría de los casos a andar, pero ante todo a empoderarse de todas sus riquezas como persona.
Aparte de mi trabajo, viví con una familia india, en un espacio pequeño, con una habitación compartida con cinco personas pero donde cada mañana se respiraba amor. Yo, por mi parte, desde los primeros días comencé a llamar hermanos, a los que ahora son más que nunca hermanos que nunca tuve, y apa y ama (madre y padre en kannada) al padre y a la madre de la familia, que sin lugar a dudas, han sido, y serán para siempre mi familia en la india. Me gusta poder decir que tengo varias familias a las que cuidar eternamente.
Así pues, mi vida en la India ha sido un cúmulo de emociones y reflexiones entre los encuentros culturales, familiares y sociales. La vida en la calle es ante todo muy plural, y jamás podre decir que en la india existe una cultura (mas allá de la occidental, ya tan impregnada en todo el globo terráqueo) cada familia, cada persona tiene sus ritos, sus maneras de expresarse y en muchas ocasiones hasta sus propias leyes.
Y es que, la última pregunta que me ha hecho la India es. ¿Qué es la libertad? ¿Somos más libres las personas que vivimos en Europa? Obviamente no se trata de comparar, se trata de buscar aquellas definiciones que nos ayuden a entender la palabra libertad. Bien sea decir, que para mí una de las mayores libertades enseñadas en la india ha sido la de vivir la vida con simpleza, el famoso menos es mas. Esta libertad viene ligada, y mucho, a la libertad espiritual y religiosa, que aquí se respira, todo pensamientos filosófico está permitido, y por más que algunas personas quieran hacerte pensar lo contrario, siempre, siempre tu pensamiento va a ser aceptado. Por el contrario, cierto es que parte de estas culturas de la India genera ciertas reflexiones respecto a los derechos humanos, concretamente en los derechos hacia la mujer, que ha pasado de ser, como se describe en los principios de los Vedas, una persona con poder de decisión incluso mayor que la del hombre, a estar sumergida en un sin fin de miedos alrededor de ella, y tener que cubrir esa inseguridad interna, con su entorno, el hombre y/o el hogar. En cualquier caso, hoy día, la violencia de género se ha globalizado como la economía (quizás tengan algo en común) y por el lado positivo (el que trata de empoderar a la población mundial de que tanto las personas como el espacio es responsabilidad de todas) eso posibilita que la información llegue por varios canales y se pueda trabajar más directamente.
Y es que la India, a pesar de estar a punto de ser la mayor población del mundo, de tener un territorio prácticamente como Europa, tiene, y puedo asegurarlo la mayor democracia del mundo (obviamente con la misma o mayor corrupción que en otros lugares del mundo). Aquí la política importa, y a la vez, no importa, pero lo importante es que importe o no importe, la gente es consciente de su forma de participación en el país.
Y por si acaso os preguntáis que, que es de mi, después de estos 9 meses impregnándome a cada instante de esta forma tan presente de vida. Durante este tiempo, he aprovechado también para viajar, utilizando para ello, los fines de semana o las diferentes festividades (ya sean musulmanes, cristianas o hinduistas, aquí las celebran todas...), finalmente solo viaje por el sur de la India, Mumbai fue el lugar más al norte que visite y descubrí que el sur de la India, es un paraíso selvático, rico en tierra, playas, montañas, cosechas, monumentos y gentes. Quizás algo más de agua no les vendría mal. Pero en cualquier caso este espacio tan gentil, tan pacifico (aunque a veces la multitud me cansara) me dio la oportunidad de encontrar nuevas partes de mi mismo, mi yo anterior, ¿existirá de verdad la reencarnación?, mi yo amoroso, ¿podremos amar a todas las personas que nos rodean? ¿Cómo encontrar esos círculos de unión?, en realidad, somos puramente ENERGIA, ¿nunca morimos, nunca nacemos?.
Y es con todas estas preguntas con las que vuelvo a casa, dando las gracias por una vez más, no llenarme de conclusiones, si no de sinclusiones que hacen mantener vivo mi espíritu reflexivo de tratar de llegar al máximo nivel de conciencia de este mundo, de lo que somos y de lo que nos rodea, es esto, para mí el mayor estado de amor al que podemos llegar y en el que podemos perecer, y disfrutar, ellos lo llaman Moksha, en el cristianismo, Heaven (Cielo), en el budismo, Nirvana, los ancestrales dioses nórdicos, el Valhalla... y para mi es...
Salvador
Noviembre 2014 - Julio 2014
Bangalore, India
No hay comentarios:
Publicar un comentario