El estrés que puede generar la vida profesional a veces parece como si fuera algo que no puedes evitar o compartimentar. Por lo tanto es muy fácil que un estilo de vida donde las prisas gobiernan para la mayoría de nosotros en el mundo occidental y nos hace pensar que es imposible el poder tener un equilibrio entre la vida familiar y la vida familiar. Para derrotar este estado mental es importante intentar, primeramente, empezar a crear un equilibrio entre los dos. Una actitud positiva es imprescindible en este caso porque si uno quiere conseguir algo es conveniente tener la habilidad y voluntad para hacerlo. Es innegable que, muchas veces, si una persona piensa que no puede hacer o realizar algo eso es probablemente que vaya a pasar.
Por las razones que estuvimos discutiendo en el último articulo uno de los peligros mas serios en poder conciliar la vida profesional y familiar es el papel que desempeña la tecnología en nuestra vida cotidiana. Obviamente hoy en día es imprescindible para utilizar la tecnología para una variedad de cosas en el mundo moderno pero para citar las palabras de Mark Fisher (un autor de filosofía política británico) los smartphones se han convertido en “centros de mandos individualizados” en el que es prácticamente imposible a ignorar los SMS’s, tweets, emails u “órdenes” que constantemente exigen la atención del usuario. En realidad puedes ser un esclavo de tu smartphone cuando dedicas más tiempo y recursos a tu mundo virtual que a tu vida familiar y eso es una cosa cada vez más común en el día de hoy. Una solución obvia es: deshacerse del Smartphone. Pero si esta idea te resulta demasiado radical, hay maneras en que podéis reclamar vuestra vida familiar sin abandonando tu iPhone o cualquier otro móvil que podáis tener de última generación. Dedica una parte de cada día para dejar de utilizar tú móvil cambiándolo por la realización de actividades físicas y de implicación personal: ve a correr, prepara una comida/ cena para tu familia, lee un libro con tus niños o cualquier otra cosa. Lo importante es que tu smartphone no sea el centro de tu vida y se convierta en tu constante distracción. No solo es una oportunidad para pasar tiempo de calidad con tu familia y personas de tu entorno más cercano; sino también puedes ver que las personas que dedican todo su tiempo libre a buscar en la Red, comprobar sus correos electrónicos o sus redes sociales, etcétera, en realidad no están teniendo una experiencia de la vida como es natural. Nadie ha nacido con una necesidad para comprobar un dispositivo electrónico cada cinco minutos. Por lo tanto puedes decir que la noción propagada en todos partes a través de empresas multinacionales y asumidas ya en la cultura popular, es que no puedes vivir sin un smartphone y para no ser menos que otras personas tienes que tenerlo. Esto no deja de ser una marca de clase social y por tanto una mentira tecno-capitalista; creada para maximizar los beneficios y disminuir la libertad personal para desconectar de la transmisión incesante de información que enfrentamos cada día.
Otra buena técnica para pasar tiempo de calidad con amigos sin esta distracción es proponer un juego, ir por ejemplo a comer a algún sitio y la primera persona que mira su móvil tiene la obligación de pagar la cuenta. Es increíble la cantidad de veces que puedes comer gratis gracias a esta técnica.
Es verdad que es prácticamente imposible tener un equilibro absoluto entre ambos la vida profesional y familiar pero simplemente el acto de haciendo un esfuerzo para equilibrar puede ser muy gratificante y motivacional. Una cosa para recordar es, que nadie quiere no tener una vida familiar, y aunque en la mayoría de las ocasiones la gente la tiene, sin embargo no se dan cuenta que el resultado es la priorización de la vida profesional. Uno al darse cuenta que este es el problema se convierte mucho más fácil el poder encontrar soluciones.
Últimamente cada persona y su vida profesional y familiar es diferente pero todo el mundo puede recordar que trabajamos para vivir no vivimos para trabajar. En el momento en que eliminamos las tonterías innumerables de la vida podemos empezar a vivir realmente.